Pues sí, todo tiene un principio. Y este proyecto tuvo un principio con algunos ingredientes que compartimos todos los que le formamos: la preocupación por la situación actual, la solidaridad y las ganas de ayudar a quienes puedan necesitarlo, y, si puede ser, además de forma creativa.
Así que de una conversación sobre la vida en los pueblos, y de otra conversación sobre cómo compartir trabajo y bienes con quienes están perdiendo su empleo, salió la idea de iniciar una "cooperativa de consumo" que proporcionara un sueldo a uno de nosotros en desempleo y, a la vez, verduras sanas y oportunidades de verlas crecer al resto del grupo. Y como Alberto tenía unas tierras abandonadas en Pastrana, ¿por qué no probar allí?
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Visitando el terreno por primera vez |
Así que, ni cortos ni perezosos, nos presentamos en Pastrana un 18 de abril de 2012 a ver la localización y el aspecto de esas tierras, junto a las que nos zampamos unos suculentos bocatas. Aprovechamos la tarde para hablar sobre la viabilidad del proyecto con un hortelano y viejo amigo de Alberto, que no se echó las manos a la cabeza, aunque a buen seguro que pensó que estábamos un poco locos. Se ofreció a ayudarnos y asesorarnos, y como enseguida contamos con el apoyo de algunos de vosotros...
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Retirando los restos de cañas |
Pues aprovechando que se acercaba el puente de primeros de mayo, que además en esos días se celebraban los mayos en Pastrana, y que teníamos ganas de comenzar para intentar aprovechar algo de las hortalizas de verano, allá que nos fuimos el 1 y el 2, desbrozadora en mano, a limpiar el cañaveral en que se había convertido una de las parcelas, la que más fácil nos pareció preparar, dado que, además, tenía el riego garantizado a través de una vieja acequia. Allá fuimos, desbrozamos la parcela (con la importante ayuda de algunos de los pequeños miembros de nuestra futura cooperativa) y participamos en alguno de los actos de la fiesta de los mayos.
La parcela quedó limpia, aunque con algunos charcos que parecían deberse a las lluvias de los días previos; perp como la acequia estaba bastante llena de broza y vegetación, decidimos que había que actuar también sobre ella por si tenía que ver con encharcamiento:; así, además, nos lo aconsejaron algunos vecinos del campo. Así que dejamos el encargo a uno de los tractoristas del pueblo, y nos volvimos para Madrid.
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La parcela de abajo, limpia. A medio plano, la vegetación en torno a la acequia, y, al fondo, el convento de San Francisco |
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