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Paso abierto |
Pues sí, a la tercera fue la vencida. Ayer completamos el paso directo que, desde el camino, llega a las parcelas de la parte de arriba, junto al muro del convento de los franciscanos. Ya no tendrán que quejarse nuestros huertanos vecinos de que usamos y estropeamos sus pasos, aunque nos parecía que lo más normal del mundo era pasar por los pasos ya abiertos. Aquí tenéis a Álex, blandiendo la motosierra, en el momento en que acabábamos esta tarea ayer, en un día hermoso y soleado.
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Las lechugas ya están grandecitas |
En el rato que tuvimos para revisar el estado del huerto, vimos las lechugas bastante crecidas, aunque todavía no nos atrevimos a recolectar ninguna. Algunas tenían las hojas inferiores afectadas por lo que parece la
podredumbre gris de las lechugas, una afección que se debe a la elevada humedad que tiene el suelo en este momento. Arrancamos esas hojas, excavamos un poco por debajo de las lechugas para que circulase mejor el aire, acolchamos algunas con restos de pajas de las que quitamos al principio del proyecto, y atamos las hojas de las más grandes, recogiéndolas hacia arriba, para que el cogollo quede más tierno. Al irnos, probamos una hoja que habíamos cogido, y notamos un cierto regusto amargo: no sabemos si es el tipo de lechuga, o que, por el lento crecimiento del invierno, podamos haberlas dejado tiempo de más esperando a que se hagan más grandes. La próxima semana recogeremos las más crecidas, a ver qué pasa.
Las acelgas están muy pequeñas, pero con buen aspecto. Parece que el frío las afecta más que a las lechugas.
Las coles están más hermosas, y se nota que han crecido bastante.
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Vista general de los surcos con coles |
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Las coles están sufriendo alguna "invasión" |
Algunas (tres del fondo a la derecha, en la imagen) están afectadan por alguna enfermedad, porque se aprecian agujeros y manchas en las hojas. Vamos a consultarlo estos días para ver qué hay que hacer, pero, de momento, ahí tenéis una imagen de la hoja más afectada.
Por supuesto, nuestros jóvenes acompañantes se dedicaron ese día también a otras tareas: recogida de hojas en descomposición del nuevo camino abierto, que enriquecerán nuestro compost, y desherbado de las plantaciones.
Quedan pendientes dos grandes tareas, para las que vamos a pedir la colaboración de todos (al menos, de todos los que puedan): quema controlada de los rastrojos generados y limpieza del paso abierto (pues hay muchas ramas caídas, piedras que habrá que mover, etc). Cierto que la propia quema nos puede proporcionar un placer adicional: el compartir una magnífica chuletada entre amigos. ¿Os animáis?